¿Quien no ha jugado al zapatero - patá ?
Nuestra infancia evoca con nostalgia esas pichangas donde la calle o cancha polvorienta fue testigo de aquellos castigos propinados a quienes perdieron en cero la definición del match, y si en esos mozos años tu rival tenía un año más, la fuerza del botín se hacía notar.
Ese era el horizonte de uno de los 2 equipos que se presentaron este sagrado domingo. Corrían las postrimerías de la famosa ya definición "5-0 zapatero patá", el marcador era contundente y un baile se dejaba caer en cada cuadrante del rectángulo de juego. Cuando ya las bocas babeaban cual lobo frente al cordero, cuando el botín ya se dejaba caer con la misión de romper la historia de un sinfin de zapateros inconclusos, irrumpió el descuento. Un infortunado, réprobo, execrable y maldito rebote validó un tiro de distancia que en otra circunstancia habría sido saque de meta. El gol animó a los rivales, desordenó al equipo en ganancia y lo que parecía un imposible se tornó realidad. El 4-4 selló la suerte de quienes vieron primero frustrado la oportunidad de propinar el puntapié divino y que vislumbraban como el crecimiento del contrario menguaba el coraje propio.
Un fastasma se coló en un arco vacío y recibió el balón. Sutilmente acarició la pelota con el pie pero terminó reventándola en la malla que se infló del mismo modo que los 5 pechos que gritaron el gol al cielo, alzando los brazos y en un trance que solo las victorias de antología provoca. Una vez más se frustra, aquello que legitima al vencedor sin objeción alguna...la patada del zapatero.
lunes, 8 de junio de 2009
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