lunes, 6 de julio de 2009

Domingo botines adentro


En más de alguna ocasión cada quién tuvo que quedarse en casa por enfermedad, por los hijos, por recriminación conyugal, por resaca insoportable, por viaje ó por lesión invalidante. La noche anterior tenías en tu pieza la camiseta planchada, el pantalón doblado, las medias almidonadas y los botines aromatizados con el talco familiar. La consigna era descansar y concentrarse para lograr un rendimiento óptimo y acostarse temprano, en otras ocasiones talvés salir con los amigos y trasnochar sin que las copas se nos fueran de las manos ó si la situación lo ameritaba dejar la cita a medio camino y terminar el sábado siguiente, pero siempre, siempre con la mente puesta en la mañana del domingo. Mas de un momento a otro los planes cambian y decides (forzadamente o no) quedar en casa, la familia lo demanda, viajes ineludibles en fin, no hay vuelta atrás y darías lo que fuera para entrar al rectángulo que llena tu semana.
La mañana pasa lenta y los segundos machacan la cabeza, te inquietas y un sudor frío recorre un cuerpo que no ha corrido pero que transpira.
Haz dejado los botines en casa cuando lo único que quieres es jugar.
Faltan siete días y es una eternidad.

1 comentario:

  1. Soy tu seguidor, encuentro muy loable hacer de una pasión casi monumental un cómico comentario. Sin embargo, debes corregir tus faltas ortográficas, para no faltarle el respeto al siempre digno lector.

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